la suerte suprema

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Pepe Bienvenida / La suerte suprema

viernes, 19 de abril de 2024

SEVILLA/ 12ª de abono. Tarde para aficionados / por Jorge Arturo Díaz Reyes

El Cid aplaude la vuelta de "Dorado" el 1º. Fotograma: OneToro

A un Cid maestro le niegan la segunda oreja de un toro de vuelta al ruedo. Un De Justo apostado corta una de cada toro. Luque académico y matador es ovacionado por partida doble. Santacoloma reaviva la feria...

Tarde para aficionados
Jorge Arturo Díaz Reyes
CronicaToro/Cali, IV 18 2024
Sí, santacoloma, los toreros y el público despejan las nubes con que los tres últimos encierros Domecq, ensombrecieron la Maestranza. No fue un conjunto perfecto, que no los hay, fue un encierro con una riqueza de matices nacidos del ingenio del viejo conde y acendrados por más de un siglo que permitieron a una plaza sensible y enterada vivir una tarde torera.

Toda la corrida fue cárdena, cuatreña y con cinco hierbas. Al primero, “Dorado” número 22, de 515 kilos, se le dio la vuelta al ruedo bajo una escandalosa petición de segunda oreja para El Cid, que no se concedió. Don Fernando Fernadez-Figeroa Guerrero, le cobró muy caro los tres centímetros atrás de la yema que cayó la espada total y letal. Desmereciendo una faena impecable de capa y muleta por las dos manos que llegó al desmayo en sus tandas finales. El toro, de una nobleza infinita, de una suavidad de pétalo y con la bravura precisa para ir lento y fijo como hipnotizado por la franela. Fue presto y de largo al caballo, puso la cara baja, y si no peleó a muerte fue precisamente por lo dicho. Pero cómo embistió, en la versión más dulce de su casta que cuando la da la da. Las tres verónicas, los tres delantales, la media belmontina y la revolera fueron un introito feliz a lo que vino luego. Tan pronto terminó la vuelta Manuel, los desairados contribuyentes encararon de nuevo al palco, que con mucho menos ha dado mucho más. Brindó el vacío cuarto a su hijo, reverdeció laureles y volvió a ser ovacionado.

Daniel Luque cruza esa edad de los buenos toreros en que lo pueden todo, en que por todo lado encuentran toro, que tienen la solución para todos los problemas. Qué bueno para la fiesta tener un matador en esta sazón. Y lo que cuesta ganarla. Y cómo mata, como un cañón. Hoy en tarde de grades estocadas puso dos impresionantes. Y pese a que anduvo muy por encima de su lote, el de más desleída personalidad, no tocó pelo. Dos ovaciones que valen mucho, dado el alto nivel de afición que mostró La Maestranza toda la tarde.

Emilio de Justo, sobreviviente a quien haberle visto muy de cerca la cara a la parca, no le quitó un ápice de valor, dio una exhibición de torería en una plaza que le adora. Dos quinteños de opuesto talante desafiaron su capacidad. Al tercero, de una nobleza que rayó en la sosería, no le pudo lucir la capa, en cambio, buenos lances de brega. Pero siete jaleadas reprensiones genuflexas lo metieron en faena. Y luego, cinco derechas de muleta muy baja y un lento de pecho marcaron la cumbre. Sonaba la música y las tandas duraban lo que la res tragaba. De a tres y de a cuatro,limpias, no más, impidiendo el paroxismo. El estoconazo rodó y la oreja cayó. Justa.

Pero la otra la del sexto lo fue más. “Bienvenido”, como reivindicando el apellido sacó la mezcla exacta de sabiduría, soberbia, dificultad y emoción que sus hermanos habían negado. Un regalito para cualquiera. Para cualquiera que no fuera este. Larga cambiada de rodillas, cinco delantales y media a los medios. A ver quién manda. Bernal se hace aplaudir con la vara y Neiro y Valcarce con los palos.

Brindis a El Cid, y ya en el platillo una colada carnicera tras las tres primeras derechas, anunció que la cosa iba muy en serio y abrió una exhibición de malas maneras, rebrincadas, con cabezadas al aire para revolverse corto buscando más. Típico. Pero para eso están los toreros buenos y la muleta. Doce naturales de a uno en uno, fueron sometiendo la rudeza, y mostrando el camino. Después, las tandas diestras y la sinietra a pies juntos, que costaban una barbaridad de aguante y jerarquía. Mérito en canti. Y luego en el área de candela, donde los toros pesan más y las puntas queman. Ejerciendo el poder. La estocada de la tarde, al tiempo con el aviso, la otra oreja y las palmas al arrastre del más santacoloma cerraron la corrida. Que lo fue para aficionados. Con perdón de lights y turistas.

Las cuadrillas a gran altura. Los banderilleros bien en su doble función. Saludaron en el segundo, en el cuarto y en el sexto. El joven ganadero Pepe Martínez Conradi comentó al final “Hubo de todo”. Así fue…, afortunadamente.

FICHA DEL FESTEJO
Sevilla. Jueves 18 de abril. Plaza de La Maestranza. 12a de abono. Sol. Tres cuartos de aforo. Seis toros de La Quinta (el 4º), 539 kilos promedio, cuatreños, muy entipados y de diverso juego. Al 1º “Dorado” Nº 22 de 515 kilos se le dio vuelta al ruedo. Ovacionados 3º y 6º.

El Cid, oreja con petición de otra y saludo
Daniel Luque, saludo y saludo
Emilio de Justo, oreja y oreja tras aviso

Incidencias: Saludaron: Iván García y Jesús Arruga tras parear al 2º. Lipi y Juan Maguilla en l 4º y Abraham Neiro y Pérez Valcárcel en el 6º.

Sevilla. ¿Dónde esta el peligro de La Quinta? / por Pla Ventura


"..Al final, hablamos de una corrida muy entretenida pero que, si somos sinceros, esperábamos más motor y pujanza de dichos toros. Si el primero ha sido uno de los grandes toros de la feria porque reunía casi todas las virtudes que todos soñamos en un toro bravo, el resto, con los matices apuntados, no han dejado un recuerdo imborrable. Cierto y verdad que, muchas peores corridas han salido en esta feria, por tanto, en esta ocasión, quejarnos es casi un sacrilegio.."

¿Dónde esta el peligro de La Quinta?

Pla Ventura
Toros de Lidia/18 abril, 2024
Era la corrida esperada por la afición puesto que, los toros de Álvaro Martínez Conradi gozan de gran predicamento por aquello de que no los quieren las figuras. Digamos que, ha sido una corrida variada, con toros con muchos matices, resaltando, sin lugar a dudas, el primero de la tarde en la que El Cid ha bordado el toreo. Un animal bravísimo, noble, sin el menor atisbo de maldad; en definitiva, todos los atributos para el gran éxito que, El Cid, casi que lo ha logrado. Su faena ha sido bella, espléndida, muy bien estructurada y, para un hombre que él que, por las circunstancias que le rodean ha toreado muy poco, ha dado la sensación de llevar muchos festejos sobre sus hombros. Una actuación muy meritoria que, de no haber caído la espada un tanto baja, el premio era de dos orejas con clamor. Un retorno el de El Cid con toda la dignidad del mundo que, como digo, ha bordado el toreo por ambas manos. En su segundo, un toro muy noble pero con las fuerzas justas no ha permitido que El Cid redondeara la tarde. Ha estado muy digno y Sevilla le ha ovacionado.

A la corrida, en su conjunto, le ha faltado fiereza y fuerzas. Una pena porque las hechuras de los toros eran bellísimas. Siendo así me sigo preguntando, ¿dónde está el peligro de los toros de La Quinta? Lo digo porque, cuando alguien se apunta a estos toros, las reacciones de los periodistas, incluso de los taurinos, parece que se hayan apuntado a la de José Escolar para matarla en el mes de agosto en Madrid. Nada de eso. Como dije, El Cid hacía muchos años que no tenía enfrente un toro tan noble como su primero. Nada que temer, todo lo contrario. Hoy, si los señoritos del escalafón has visto el toro del que hablo, seguro que se apuntan para lo que queda por lidiar de dicha divisa.

La desdicha más grande le ha caído encima a Daniel Luque que, como es sabido, torea lo que salga por toriles y, muy malo debe ser para que el diestro no consiga el triunfo. La gran virtud de este torero es que le sirven todos toros; hace años que no le vemos con el agua al cuello. Y su gran defecto es que, por consiguiente, no tiene misterio. Sea como fuere, viendo el toro que tenga enfrente, en el primer muletazo ya sabemos qué hará. Como diría Facundo Cabral, prefiero sorprenderme antes que saber. Y es cierto. Mala cosa es que adivinemos lo que hará el torero. Y Daniel Luque lleva esa cruz.

Ha tenido Luque dos enemigos casi calcados, sin apneas fuerzas, con mucha nobleza pero que no tenían el menor atisbo de trasmisión. Teníamos la sensación de que, Álvaro estaba compitiendo con Juan Pedro si de sosería hablamos. Luque ha toreado con mucha corrección pero, aquello ha pasado desapercibido. Yo prefiero al Luque que hemos visto en sus tardes más cabales frente al toro encastado. Con ese tipo de animalitos como le han caído en suerte, verle es casi una condena. Ha matado como suele hacerlo y se ha llevado el silencio de la plaza, tampoco aquello daba para más.

Emilio de Justo que ha cortado una oreja en cada toro, su labor merece mucho análisis. En su primero que tenía un poquito de casta, tampoco se comía a nadie, De Justo ha estado vibrante con el animal, tanto por un pitón como por el otro. Fijémonos que, lo que para mí era una virtud del toro, esa casta de la que hablo, los aficionados de Sevilla no lo han terminado de ver porque, igual querían que la faena del extremeño fuera de la misma calidad que mostró El Cid y, eso era imposible porque cada toro es distinto al resto de sus compañeros. Como explico, Emilio ha estado muy por encima del toro en varias series de mucha enjundia. Ha matado de un estoconazo de libro y, la oreja que se le ha concedido ha sido muy dadivosa; no por demérito del diestro, más bien, porque la faena no tuvo el calado esperado, por tanto, la petición fuerte que hace que un trofeo sea de ley. 
Se segundo ha sido el toro más difícil del festejo; tenía mucho motor, casta y, por momentos, deseos de coger al diestro. De Justo le ha planteado una faena fiel a su estirpe y, como tantas veces ha hecho en su carrera, su labor ha tenido mucha emoción, la que suele faltar siempre en las tardes de las figuras. A De Justo, hoy no se le puede achacar que ha matado el borrego adormilado, todo lo contrario. Incluso, en un par de ocasiones el toro ha hecho un amago para cogerle. Ha brillado la firmeza del torero que, ante este tipo de toros es capaz de crecerse como pocos; no es menos cierto que, en dicha materia es un experto. Ha matado de un gran espadazo y en esta ocasión la oreja ha sido justísima.

Al final, hablamos de una corrida muy entretenida pero que, si somos sinceros, esperábamos más motor y pujanza de dichos toros. Si el primero ha sido uno de los grandes toros de la feria porque reunía casi todas las virtudes que todos soñamos en un toro bravo, el resto, con los matices apuntados, no han dejado un recuerdo imborrable. Cierto y verdad que, muchas peores corridas han salido en esta feria, por tanto, en esta ocasión, quejarnos es casi un sacrilegio.

La Feria de San Isidro, en directo por Telemadrid.

La cadena emitirá 15 festejos entre el 10 de mayo y el 16 de junio, más la corrida Goyesca del 2 de mayo.

Por segundo año consecutivo Telemadrid emitirá en directo varias corridas de la Feria de San Isidro. En total, la cadena emitirá 15 festejos entre el 10 de mayo y el 16 de junio, más la corrida Goyesca del 2 de mayo.

Las transmisiones corresponden a los festejos de mayor importancia del abono y la presencia de los toreros mejor situados en el escalafón.

Morante de la Puebla, Roca Rey, Diego Urdiales, Miguel Ángel Perera, Paco Ureña, Talavante, Cayetano Rivera Ordóñez, Sebastián Castella o José María Manzanares, serán, entre otros, los espadas estrella de las corridas del serial que retransmitirá en abierto Telemadrid.

Además de la Goyesca, como se apuntaba más arriba, la cadena ofrecerá los festejos de los días 10, 15, 16, 17, 18, 23, 24, 25, 29 y 30 de mayo; 5, 7, 8, 9 y 16 de junio.

Los festejos de junio se corresponden con la Corrida de la Prensa, la Corrida de la Cultura, la Corrida Homenaje 200 Aniversario Policía Nacional, Beneficencia y la Corrida In Memoriam de Antonio Chenel.

Carteles de la Feria de San Isidro 2024: Ver aquí

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jueves, 18 de abril de 2024

Hughes. Manchester City 1- Real Madrid 1 (3-4) El hombre era Lunin


@realmadrid

No gana el mejor, es mejor el que gana. Así que ganó aceptando su inferioridad. Su superioridad se basó en negarla por completo. Con gran sabiduría no quiso ni pudo ponerlo en duda. Sólo podía hacer un partido: el de víctima, el de equipo peor, dominado y sin aire. Y lo hizo, lo bordó.

HUGHES
Pura Golosina Deportiva

Había algo de lo que sentirse orgulloso en el rostro de Nacho antes de salir al campo. No era la mirada de determinación pugilística, un poco rapera, habitual. Nacho parecía serio, concentrado y humilde. No era la expresión de alguien cargado de Copas de Europa.

Quizás la forma madridista de jugar sea ésa. Despojarse de las Champions antes de ir a por una nueva.

En la grada, las dos aficiones cantaban Hey Jude. Fútbol moderno. En cierto modo, dos clubes refundados. Había miedo y tacticismo. El Madrid quería presionar arriba con Vini y Bellingham centrados y Rodrygo por la izquierda; y quería atacar con Bellingham de mediapunta, descolgado. Propósitos que quedaron en nada con el 0-1, nuevo gol de Rodrygo y nueva asistencia de Vinicius que nacían, los dos, de un control zidanesco de Bellingham. Ese control pasará a la historia del Madrid porque hizo nacer la jugada. Fue una delicia auroral, originadora. De la nada creó un panorama, un "mundo", así que fue una acción importantísima.

En cierto modo, Bellingham cumplió y el planteamiento del partido fue bueno e irreprochable. Mientras duró. Porque tras el gol el Madrid se despidió de todo y se fue metiendo en su campo empujado por el City y su Presión Tras Pérdida (en adelante, PTP).

Haaland remató al palo en el minuto 18, presagio de un bombardeo que nunca terminó de producirse. Es imposible no recurrir a imaginaciones bélicas. El Madrid entero se metió en los subterráneos tácticos mientras aviones azul celeste sobrevolaban como buitres en perfecta formación sincronizada, escuadrones con una suavidad defectuosa que no nacía de la cortesía sino de una fría, poco humana voluntad de perfección.

Fue un largo asedio que Guardiola se disponía a ver en su banquillo. Poco duraría sentado. A su lado, Lillo, compañero de reflexiones, se hundía en la butaca como un espectador de la Filmoteca.

EL City tocaba y tocaba, iba trasladando su geometría, era un tripi al borde del área y cuando la perdía la recuperaba de forma inmediata. Era la PTP, la PTP. Tan impresionante que parecía que su fútbol entero estaba dirigido no tanto a lo ofensivo como a la recuperación. El genio estaba comprometido en el acto de robar tras pérdida, y todo lo anterior y lo posterior parecía algo mecánico.

No había nada colectivo que el Madrid pudiera oponer a la PTP guardiolesca. Para salir de ella se hacía necesario un virtuosismo extremo, la concatenación de ruletas, fintas, primeros toques... El City había instalado un checkpoint Charlie al borde del área del Madrid.

Se hacía necesario un ataque, un contragolpe, uno solo, una 'contra' contra la PTP. Algo que alejara ese dominio. Y lo intentó Carvajal en una jugada en la que Vinicius se llevó a tres azules. El sistema de los contragolpes consistía en Vinicius: Rodrygo buscándole muy pronto y él soltando casi instintivamente a la derecha, sin dilaciones, sin individualismos...

De Bruyne dirigía el ataque 'citizen' y chutaba con saña, muy visible en ese rostro suyo de veraneante iliberal. Era una expresión que ya habíamos visto antes en Effenberg, en Khan...

Ancelotti mostraba mucha serenidad y con ello nos enseñaba otra mirada al fútbol. Ancelotti ha conseguido un mirar experto, sabio, que no lanza sobre el partido, sobre lo que ve, emociones intensas, desbordes del ego, urgencias...

La PTP seguía sonando como un ostinato totalitario y de la dirección de De Bruyne se pasó a la insistencia por Grealish, que le sacó pronto una amarilla a Carvajal.

La PTP era más poderosa que el Madrid, que ya no podía salir con la pelota. Lunin ya era Lunón y el juego blanco oscilaba entre el mérito numantino y el bochorno. Bellingham le hacía ayudas a Carvajal, era como si el Florentinismo, esa especie de Hollywood, hubiera hecho realidad la fantasía de un Madrid de Maguregui.

Los entrenadores reflejaban la diferencia. Ancelotti a veces ponía cara de no entender del todo, de moderada incomprensión, mientras Pep, vestido de Medina Cantalejo, tenía el rictus de la omnisciencia. Todo bajo control.

Siempre que el Madrid juega contra Guardiola acabo pensando en su esposa. ¿Cómo será Pep en casa? Da la impresión de ser un hombre con metatocs, con tocs sobre la forma de manejar sus propios tocs. Un maniático de primera categoría.

Al descanso todo estaba controlado salvo el marcador.

El partido no cambió en la segunda parte. El City iba acumulando saques de esquina sin peligro, como si todo formara parte de un entrenamiento de Lunin. En el Madrid (en la mente global madridista) aún se barajaba la posibilidad de un cambio: quizás Modric por Kroos... Pero pasaban los minutos y se perdía la esperanza. No había nada más que afrontar la PTP y resistir.

Bellingham intentaba rescatar al Madrid controlando de espaldas, pero casi siempre acababa en el suelo tras balones imposibles. Sus tacklings acababan en spagats, patiabierto en el suelo como una bailarina.

La presión 'blue' era tan buena que hacía mejor al Madrid. Lo prensaba, lo hacía bloque muy compacto y estrecho, barra de turrón.


Carvajal se la devolvía a Grealish, amonestado con una amarilla. Mantenían un duelo muy bonito que resumía el partido. Carvajal reformulaba la vieja casta, la vieja furia. El camachismo. Aunque el mejor era Mendy, que volvía a demostrar la altura europea de su juego.

Lo peor pasó. Aparecían claros en el bosque, pausas en el tormento, como cuando los torturadores de Abu Ghraib salían a fumar un pitillo. El Madrid llegaba vivo al minuto 60 y empezaron a florecer tarjetas amarillas en el City, como si algo se resquebrajara en ellos.

Pero era un Madrid italiano ajeno por completo a la pelota. Recordaba al Inter de Mourinho, parapetado de una forma a la vez admirable y escandalosa, totalmente contracultural pero sin desafíos ni cinismo. Llevaban dibujada una sincera cara de dolor humilde de Salzillo.

No había salidas en el campo ni fuera de ellas. 13 corners a cero. Cero cambios. El sistema del Madrid era la cruz. Los futbolistas parecían haber olvidado la dimensión real de su juego, la parte en la que son estrellas mundiales. Eran incapaces de hacer una sola jugada. El Madrid le había cogido vicio al bloque bajo.

Los cambios, por supuesto, los inició Guardiola. Sacó a Doku, puro extremo, para que abriera la lata. El City había sido un abrelatas eléctrico, pero necesitaba la cuchillita para penetrar en la lata de berberechos, y eso iba a ser Doku, que esprintó inverosímil y metió un pase que tras regalo rudigeriano remató De Bruyne.

Como hasta entonces había tenido algo que perder, Ancelotti no cambió hasta ese momento. Modric, y su pictolínica frescura física que habría de durar exactamente dos minutos y medio, por Kroos.

La tiesez se extendía a todos. El Madrid parecía un grupo de excursionistas en lo alto del Himalaya, con dificultades para respirar. Bellingham ¿qué era? Un delantero que se hacía medio, un medio que se aventuraba en la delantera. El lugar no-lugar que Ancelotti le había pensado a principios de temporada se le ha ido desdibujando.

Lo de Doku era un Dokudrama. La jugada del gol se volvió a repetir pero De Bruyne falló.

Era un dominio apabullante, de uno por uno. Los del Madrid tenían cansancio de ciclistas y como equipo parecían un borracho al que unos graciosos sometían a un rondo con sus llaves.

La presión del City de repente tenía lagunas ¡pero qué espejismo era! La pelota podía salir solo si la sacaba Mendy con la derecha. De modo que todo era una trampa. Todo era un engaño. No había salida. No volverían a ver la luz del sol.

"Hay que atacar el espacio, atacar el espacio", repetía el comentarista. ¡Y qué tal si atacamos el silencio un poco!?

Había algo raro. Algo muy raro porque Rodri parecía Maradona.

Al Madrid lo han sometido grandes equipos. El Milan de Sacchi, el Ajax de Van Gaal, un par de grandes Barças... pero esto era algo inaudito. Era más apabullante aún.

Los 90 minuti acabaron con corners ingleses, cómo no.

El Madrid tenía a Brahim para los balones largos y la salida de balón de Mendy, con sus problemas de lateralidad que te hacen sentir que miras un espejo.

En la prórroga los familiares (no lo dirán ahora) temieron por el estado de los futbolistas. Algún teléfono se descolgó: ¡Hay que parar esto! ¡Alguien tiene que pararlo!

Las wags eran novias de torero.

El City se iba por donde Carvajal, y Carletto, en un rapto de genialidad, llamaba a Lucas Vázquez. Cómo son las cosas... Ancelotti está en el Madrid por formar parte de aquel Milán dominador y avasallante y, años después, firmaba la obra cumbre de la sumisión.

En el minuto 100 atacaba el Madrid, ¡por fin! Vinicius era 'cuerpeado' por Walker y, fundido como un tranchete, daba entrada a Lucas, cuya imperturbabilidad ha acabado siendo legendaria.

¿Cuántos balones ha recibido Bellingham de cara, realmente de cara, esta temporada? Juega a algo entre Zidane y Julio Salinas.

El Madrid sacaba su primer córner en el minuto 105 y los jugadores llegaban al área como si llegaran a Santiago de Compostela.

Pero la primera parte de la prórroga acabó con una ocasión de Rudiger.

En el descanso, los entrenadores debían decir algo. Guardiola movía las manos como Lola Flores, gesticulaba como si intentara sacar a alguien del suicidio. Trataba de apasionar con una idea que se hacía forma en sus manos, una idea tan ideal que habría que ponerla en mayúscula: una Idea, Idea que quizás había podido ser alcanzada pero no del todo, nunca del todo. Su gesticulación neoplatónica era desesperada y en algunos momentos rozaba el pathos hitleriano.

Unos metros más allá, Ancelotti daba su charla con las manos en los bolsillos. No las llegó a sacar, ¡las tuvo siempre ahí!

Si el primer córner llegó en el 105, la primera combinación colectiva prometedora del Madrid llegó en el 108, con la mala suerte de que en ese momento Carvajal se desplomó, acalambrado y tieso en un sentido ya literal.

Sólo había posibilidades pulmonares en Lucas Vázquez y Brahim, que lo intentaron juntos un par de veces. El bloque bajo ya era un bosque quieto. Jugadores detenidos como árboles.

Pep sacó muy tarde a Stones y Kovacic, y el Madrid, que había estado metido en el sarcófago del bloque bajo todo el partido, terminaba atacando con pinceladas de arrojo.

Llegaban los penaltis y a Lunin le pillaban caliente. Pero también preparado. Lunin resultó ser un especialista. Algo debimos sospechar por su frialdad, que se hizo legendaria en esa tanda. Lunin ya es historia del Madrid, como lo es Karembeu o Anelka. ¿Y si la lesión de Courtois hubiera tenido un sentido? El Madrid necesitaba a Lunin en Manchester.

Guardiola seguía dando instrucciones a los lanzadores. Su perfeccionismo no tiene piedad. "Cruyff dijo una vez que la suerte no existe, y yo también lo creo". Así que trata de tenerlo todo atado, pero ¿lo consigue? Tras tropecientos corners, lo normal sería un poco de peligro a balón parado. Pero igual que hay una manta táctica entre el ataque y la defensa, también la hay entre el juego narrativo y el estratégico.

Lunin era el más preparado de todos y el que menos presión tenía y todo el partido, los 120 minutos, se podían ya interpretar como un regalo de maduración y calentamiento. Aunque Modric empezó fallando, él remontó con su parada a Bernardo Silva. Hizo el estafermo, el genial estafermo y le detuvo la pelota, una especie de panenka pocho. Era una parada intuitiva, de apuesta ("la suerte no existe", pero era una decisión dentro de unos parámetros de incertidumbre).

Cuando a principios de temporada Courtois se lesionó, ¿cuántos pensamos que Lunin sería el héroe de la Champions? Ahora sabemos que pensarlo era lo más razonable.

El portero de hielo, el genial ucraniano, hizo su parte y remataron Lucas y Carvajal con sus inmensos huevos españoles. Para eso están en el equipo, a modo de cuota. Para aportar una seriedad hidalga. Son especialistas. Pero especialistas de la Causa. Lucas volvió a jugar con la pelota, dueño total de sus pulsaciones camino del penalti. La confianza en ellos era absoluta, también la admiración cuando la pelota entraba.

Contra Guardiola, el gran y odiado Guardiola, el Madrid de Ancelotti ha tenido que adoptar formas extremas. Contragolpismo de "atletas", remontadas increíbles o un agonismo nunca visto en equipos así. Una forma inusual de adoptar un rol. No gana el mejor, es mejor el que gana. Así que ganó aceptando su inferioridad. Su superioridad se basó en negarla por completo. Con gran sabiduría no quiso ni pudo ponerlo en duda. Sólo podía hacer un partido: el de víctima, el de equipo peor, dominado y sin aire. Y lo hizo, lo bordó. Llevó a la perfección la única forma posible de ganar. O dicho de otra forma: el único partido posible lo jugó al límite. Vio sus posibilidades reales, sus escasas posibilidades, se agarró a ellas y las apuró.

Y por eso, una emoción intensa, que iba más allá del orgullo madridista, de la admiración narcisista por la propia, inacabable, historia, afloró sin control cuando Lunin decidió no lanzarse, cuando Lucas marcó, cuando Nacho lo hizo (recordábamos entonces aquella mirada suya en el túnel de vestuarios). Las condiciones dadas sólo permitían hacer una cosa. Hacía falta la entereza para admitirlo, y el valor para afrontar las consecuencias. Cuando Rudiger, con su cara de haber cumplido condena (un mundo propio, libertad en los ojos) agarró la pelota todos sabían lo que iba a pasar y sólo esperaban el permiso para estallar.


@realmadrid

Madrid, 18 Abril 2024

Sucedió en Sevilla: Entre lo bello y lo épico / por Antolín Castro


"..El toreo llega al tendido, fundamentalmente, de dos formas diferentes, vía la belleza o la emoción a través del riesgo y la exposición. Por esas vías llegaron los momentos más cuajados de lo que va de feria. Se encargaron, por orden de aparición, Manuel Escribano Juan Ortega.."

Sucedió en Sevilla: Entre lo bello y lo épico

Opinión y Toros/18 Abril 2024
Continúa la feria de abril sevillana, en plenos farolillos, y nos ha dejado sucesos de los que merece la pena dejar constancia.

Desde el pasado sábado han hecho el paseíllo la 'flor y nata' de las figuras, pero no han sido ellas las que han dejado huella en el albero sevillano, han sido toreros en el más amplio sentido de la palabra quienes lo han hecho.
El toreo llega al tendido, fundamentalmente, de dos formas diferentes, vía la belleza o la emoción a través del riesgo y la exposición. Por esas vías llegaron los momentos más cuajados de lo que va de feria. Se encargaron, por orden de aparición, Manuel Escribano y Juan Ortega.

El pasado sábado la emoción se enseñoreó del ruedo maestrante. La corrida de Victorino Martín tiene eso, que propicia, que eleva, el nivel de las emociones a través de lo encastado de sus toros. Cuanto se hace ante ellos lleva aparejado el riesgo y la verdad, de la que no puede esconderse nadie.
La plaza se llenó para ver a Roca Rey enfrentarse por primera vez a ellos, pero no se enfrentó. Se limitó a utilizar los tecnicismos del oficio para salir airoso e indemne del compromiso. A los que no les gusta el peruano no les gustó, como siempre, y a los que sí, no pudieron verle, ya que su toreo de cercanías y pases por delante o por detrás no aparecieron. Se guardó de ejecutar su partitura habitual ante la falta de los 'enemigos' propicios y acostumbrados.

Sí estuvieron Borja Jiménez y Manuel Escribano. El primero a muy buen nivel mató tres toros y Escribano dando toda una lección de valor, de entrega y de cojones, por qué no decirlo. Cogido por su primero en los lances tras la portagayola, pidió que no le pusieran anestesia general para poder salir a matar su segundo. Volvió en pantalón vaquero corto a la puerta de chiqueros, banderilleó con la herida, imagínense cómo, y tuvo arrestos para realizar una faena a más, volcarse a la hora de matar y llevarse dos orejas a su arrojo, valor y torería épica. Eso también es el toreo, cota que se suele alcanzar con 'victorinos' delante, otro nivel de emoción para todos.

Otras figuras, al igual que pasó con Roca, Morante, Manzanares y Talavante han pisado el albero estos días, pero no ha sucedido ni trascendido nada. Buena nota otra vez para Luque y un buen Emilio de Justo, pero la belleza del toreo llegó de la mano de otro sevillano, Juan Ortega.
Juan Ortega sí se presentó en La Maestranza, preñado de ese aroma a torero que desprende con solo verle ir tan bien vestido. Y si la interpretación de sus verónicas con el capote fueron un canto al buen gusto, despaciosidad y expresión artística, la belleza en su máxima expresión llegó con la faena de muleta, cabal desde sus ayudados iniciales a todo el conjunto de una obra completa, que eso fue la sinfonía de faena con la que nos obsequió, de principio a fin. No se podía torear mejor ni más despacio, no se podía torear más ajustado, componiendo bellas esculturas con el toro y él de protagonistas. La belleza duró los mismos minutos que la faena, ni un solo segundo se quedó sin impregnarse del regalo que supone para la vista y los sentidos. La estocada cerró con perfecto tino, cual batuta en sus manos, la sinfonía completa y feliz, como todos los que le habían visto, paseó las dos orejas.


Sevilla, con ellos dos, Escribano y Ortega, ha escrito con letras de oro lo que son las emociones que han de vivirse en una plaza de toros. Sin alguna de las dos, el toreo o es descafeinado o se queda muy cojo.

SEVILLA/ 10ª de abono. Pero pasaron cosas / por Jorge Arturo Díaz Reyes

Manzanares salta en auxilio de Ruiz Román en el 3º. Fotograma: OneToro

 Doble saludo para un esforzado Rufo. Otro para Manzanares y silencio para Talavante. Encierro flojo y manso..

 Pero pasaron  cosas

Jorge Arturo Díaz Reyes
CronicaToro/Cali, IV 17 2024
Desrazados, mansos, flojos, los encopetados jandillas privaron la tarde de toda épica, En seguidilla, estos, los juanpedros y los garcigrandes han arrastrado en esta feria por la arena maestrante la lujosa vitola de su encaste Domecq.

Diversos de romana, 70 kilos entre extremos, y 543 de promedio, el negro sexteto se cargó la tarde. Sus toreras caras de apretaditas puntas, abortaron la emoción, y frustraron el lleno de “No hay billetes” que había comenzado bajo luminoso sol y mucha expectativa. La plaza, de punta en blanco los esperaba ilusionada. Cuando caía la tarde y todos se iban, así como así, el ganadero Borja Domecq solo atinó a decir ante las cámaras: “estoy muy triste, solo queda una cura de humildad y trabajo, mucho trabajo.

Pero como decía Borges de los libros; no hay ninguno tan malo que no tenga al menos una frase digna de ser leída, la corrida de hoy las tuvo y varias.

Una quirúrgica tanda de cinco derechas y pecho que precedió a la gran estocada de Manzanares al primero y que le valió saludo. Un buen segundo tercio de Ambel, Montes e Izquierdo al segundo. La desordenada pelea del tercero, en varas que descabalgó a Ruiz Román y obligó una espectacular intervención de Manzanares en su auxilio con gran ovación para el alicantino. Las cuatro buenas verónicas y media con que Talavante saludó al quinto. Y la decisión de Tomás Rufo a portagayola, con aguante, al sexto para larga cambiada de rodillas y seis delantales y media verónica, todo ligado y vibrante a toro levantado.

El talaverano, descubrimiento postrero de “La muleta de Castilla” q.e.p.d., luchó a brazo partido contra las carencias de su lote. Al tercero, el único que bravuconeó, en los primeros tercios, y que venía lastrado por su inestabilidad y poco fondo, le abrió el último tercio de largo y de rodillas, para cuatro derechas en redondo, uno de pecho y otro ya en pie, prendiendo jaleo y música, la cual, justificada luego por una tanda circular, a la postre quedaría en el vació, cuando la faena entró en barrena por los bajos fondos de la sosería, en los que se consumieron los honestos esfuerzos del torero. El pasodoble sonaba y sonaba incongruente, hasta que se dieron cuenta y callaron. Ya con la plaza en silencio, el estocadón obligó el ovacionado saludo en el tercio.

Con el sexto, la última carta de la mala partida, ya dijimos, se había ido a lo que el inefable “Gallo”, llamaba la suerte del perdón, de rodillas ante toriles. Pero después, los doblones genuflexos, las porfías por una y otra mano, la honrada exposición y el tesón sudoroso, fueron pagados con una rajada final. Ni modo. La espada honda delantera tumbó, pero hubo levantada y nueva caída. Con todo, el empeño fue ovacionado y continuado hasta la puerta.

Hubo, entre toreros, ganaderos y comentaristas, variedad de calificativos finales para el encierro: sin fuerza, flojo, sin vida, desfondado… Todos merecidos, creo.

FICHA DEL FESTEJO
Sevilla. Miércoles 17 de abril. Plaza de La Maestranza. 10a de abono. Sol. Tres cuartos de aforo. Seis toros de Jandilla y Vegahermosa (el 4º), 543 kilos promedio, mansos, blandos y diversos.
José María Manzanares, saludo y silencio
Alejandro Talavante, silencio y silencio
Tomás Rufo, saludo y saludo

Sevilla. Victorino puso muy cara la feria; hoy, con los Jandilla, otro bodrio / por Pla Ventura

Tomás Rufo

"..Esos toros de las figuras deberían de esta prohibidos por decreto ley pero, como eso es un imposible, si sale una hermanita de la caridad vestida de toro, en el peor de los casos que le toque a Juan Ortega. Pero si hablamos de la verdad de la fiesta, como digo, Victorino Martin puso muy cara la feria. A las pruebas me remito.."

Victorino puso muy cara la feria; hoy, con los Jandilla, otro bodrio

Pla Ventura 
Toros de Lidia/17 abril, 2024
Sin pretenderlo o quizás con toda la intención del mundo, lo cierto y verdad es que el pasado sábado, Victorino Marín puso muy cara la feria, hasta el punto de que nadie ha levantado cabeza en las corridas de figuras y esos animalitos que piden para ponerse bonitos. Tras todo lo sucedido hasta este momento, repito, Victorino se estará descojonando de todo lo que ha visto que, como es natural y lógico, nadie le ha superado y, lo que es peor, dudo que alguien lo consiga.

Jandilla es, dentro de la rama Domecq, lo más apetecible para las figuras porque, por regla general, dichos toros tienen un puntito de casta que hacen ver lo que no está sucediendo pero, ya sabemos que, en país de los ciegos, el tuerto es el rey. Sin ir más lejos, frente a estos toros, Pablo Aguado, en el año 2019 obtuvo aquel memorable triunfo que le catapultó a estatus de figura que ostenta. Y otros muchos éxitos del ganadero Borja Domecq que, de cara a los toreros, cría el toro soñado que, como digo, hasta tiene fuerzas y trasmisión. Otra cosa es lo que pensemos los aficionados.

Hoy no ha sido el caso. Un esperpento en toda regla. Frente a este tipo de animalitos, las figuras se salvan porque de vez en cuando sale un torito santificado, le hacen diabluras, la gente se lo cree y todos contentos. Pero claro, de eso a la verdad del toreo existe un abismo muy grande. Hoy Borja ha traído a Sevilla toros bobos, enclenques, escasos de fuerzas y no hablemos de trasmisión y casta que, entonces sí que la jodemos. Corrida para olvidar, pese a que el tercero de la tarde ha tenido un puntito de casta que, hasta nos ha llegado a ilusionar.

Si las figuras quieren hacer el ridículo están en su derecho y, encima les pagan como tales. Es la sinrazón de lo que debería ser la verdad pero, a estas gentes no hay que pedirles que maten el toro encastado, lo que deben hacer es macharse y dar paso a los jóvenes. 

Manzanares ha tenido una tarde negra. Su primero era sosote y no levantaba pasiones aunque ha ido y ha vuelto en varias ocasiones. En su segundo, más de lo mismo. ¿Habrá algo más horrible que ver a una figura del toreo hacerse el mártir lamentándose de los toros que le han caído en suerte? Seguro que no. Ellos los han elegido, nosotros no tenemos la culpa de que salgan fofos, vacíos y sin el menor atisbo de casta. De tal modo, ¿qué podemos esperar? Lo que ha sucedido.

Lo dicho del alicantino vale para Talavante; en realidad, cualquier crónica de estos días serviría para todos los festejos. Lo que me pregunto es porque somos tan tontos de gastar un tiempo innecesario contando siempre la misma historia. El primero del Talavante no ha querido saber nada del diestro y, su segundo, más de los mismo. ¿Quieren que les hable de las exquisiteces de este señor? No las vi por lado alguno. Está claro que, no les salió el animalito soñado y ahí han muerto sus ilusiones. Como digo, aunque esos animalitos salgan santificados de toriles, al margen de lo que hizo Ortega hace una días, lo demás, por parte de todos, es el calco preceptivo de una tarde tras otra.

Cerraba la terna Tomás Rufo que, para su suerte, un día, los taurinos, metieron en una bolsa el nombre de cincuenta toreros actuales, alguien metió la mano y sacó su nombre y, de la noche a la mañana figura del toreo, eso sí, de la mano de Luis Manuel Lozano que no es moco de pavo. Por cierto, dicen las malas lenguas que Luisma vendía mejor el “lote”, es decir, El Juli y Tomás Rufo que son sus poderdantes. Que nadie se inquiete que, Rufo, tiene todos los argumentos necesarios para ser el relevo de las figuras actuales, sencillamente porque es idéntico a todos ellos. Nadie le negará el esfuerzo que ha realizado el chico durante toda la tarde que, con el capote y la muleta ha estado tesonero como ninguno. Como decía, le tocó el mejor toro del encierro, el tercero, que tenía un poquito de picante, ningún peligro por supuesto, pero sí ese puntito de casta del que hablaba que, es el que les ha salvado muchas tardes de la quema. 
Rufo ha estado decidido, tesonero, desigual si se me apura pero, lo realmente cierto es que el toro le ha ganado la partida. Una pena porque el animal tenía codicia para tomar la muleta, embestía con franqueza pero, algo ha sucedido para que aquello no cuajara. Un pinchazo y estocada ha dejado todo en unas palmas. En su segundo, un auténtico burro, incluso de hechuras, ha dejado con el culo al aire al talaverano que, voluntad la ha puesto pero, ¿existe algo más horrible que un torero voluntarioso ante un toro moribundo?

Esos toros de las figuras deberían de esta prohibidos por decreto ley pero, como eso es un imposible, si sale una hermanita de la caridad vestida de toro, en el peor de los casos que le toque a Juan Ortega. Pero si hablamos de la verdad de la fiesta, como digo, Victorino Martin puso muy cara la feria. A las pruebas me remito.

Mañana llegan los Santa Coloma de La Quinta, quiera Dios que muestren su casta y, con la misma, nos emocionemos.